Como
profesor de Enseñanza Secundaria quiero manifestar mi malestar por los recortes que el Gobierno de Castilla – La Mancha
ha impuesto a la educación pública en nuestra comunidad. Estos recortes suponen
un aumento de 2 horas lectivas semanales para el profesorado de secundaria,
bachillerato y ciclos formativos, lo que conlleva la pérdida en nuestro centro de 6 profesores. Ello significa menos profesores para más alumnos, y el
consecuente deterioro de la calidad de
la enseñanza:
-
Aumento considerable de la carga de
docencia directa del profesorado: el aumento de 2 horas (un 11 %) lectivas no
supone que los alumnos vayan a recibir más horas de clase, sino que el profesor
tendrá que repartir su tiempo entre más alumnos a la hora de la preparación de
clases, corrección de ejercicios y exámenes, formación, elaboración de
materiales, etc. Esto significa disminución
del tiempo por alumno que el profesor puede dedicar a cada grupo, nivel y
alumno.
- Imposibilidad
de realizar desdobles
en algunas materias fundamentales como los idiomas o las ciencias, o que hace
sea difícil realizar prácticas de laboratorio.
-
Recorte brutal en las guardias, que
junto al retraso en la contratación de profesores para cubrir las bajas médicas,
lleva a más alumnos sin profesor y menos profesores que puedan velar por ellos.
-
La biblioteca sólo abrirá durante los
recreos.
- Reducción o
eliminación total de las actividades extraescolares.
-
Aumento drástico del número de horas
impartidas por profesores que no son de la especialidad (30 horas a la
semana).
- Considerable
recorte del presupuesto que ha hecho que el año pasado hayamos tenido
dificultades para pagar incluso las facturas de luz y calefacción.
Me
opongo a estos recortes porque suponen un
duro ataque al modelo de enseñanza pública, modelo cuyos principios se
basan en la gratuidad y la igualdad de oportunidades (está
demostrado que la enseñanza pública es el mejor, sino el único, “ascensor”
social). Muestra de ello es el nulo
sacrificio que el plan de recortes dispone para los centros concertados.
Pero
sobre todo, me opongo al recorte porque los
verdaderos afectados son nuestros hijos, nuestros alumnos. Ellos, nuestros
hijos, nuestros alumnos, que no han gestado esta crisis, sufrirán las consecuencias.
Me preocupa la
educación y formación de nuestros hijos y la calidad de la enseñanza que merecen y
que todos pagamos con nuestros impuestos.
Creo
sinceramente que la educación pública
está poniéndose en riesgo y que entre todos debemos defender
su futuro.
Nota de edición: Los recortes arriba indicados corresponden al curso 2011-2012. Para este curso los recortes son mayores y a sumar a los que ya sufrimos en el curso anterior.
Nota de edición: Los recortes arriba indicados corresponden al curso 2011-2012. Para este curso los recortes son mayores y a sumar a los que ya sufrimos en el curso anterior.